miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿GENIOS O PROFETAS?

Durante el recorrido de los hombres por esta tierra, han pasado algunos seres que han dejado su huella imborrable en el devenir de esta humanidad terrena, ¿Cuántos seres han poblado el planeta desde el principio de los tiempos? (¿?), es ésta una cuestión indeterminada, indescifrable, increíble, ¿será también inconcebible?, ¿importante?, ¿No importante?; a través de las siguientes líneas lo descubriremos juntos. ¿Les parece bien a mis inestimables lectores de estas letras?, les invito de la manera más cordial a hacer un breve recorrido por los albores de la población en nuestra desolada y contaminada naturaleza, – solo por los humanos – habitantes del único planeta que hasta la fecha podemos habitar.

El hombre ha vivido en la Tierra durante unos dos millones de años, apenas el tiempo de un parpadeo comparado con la historia total del planeta, que se extiende durante un lapso de 4,700 millones de años.
Si supusieramos que la edad de la tierra, desde su origen hasta el momento presente, equivaldría a un día, la aparición del hombre se habría producido menos de un minuto antes de que terminara ese día. Sin embargo, el inmenso abismo de tiempo anterior a la aparición del hombre constituye también una parte de la herencia de éste.
Solamente durante los últimos 5,000 - 6,000 años ha dejado el hombre constancia escrita de sus hechos. Aparte de esta pequeña fracción de su existencia total, el único conocimiento que tenemos de su aspecto y manera de vivir se basa en los escasos indicios que nos han llegado: huesos y dientes fósiles, herramientas de piedra, puntas de flecha de pedernal, trozos de vasijas de barro, gravados en las rocas y pinturas en las cavernas.
El trabajo de desenterrar e interpretar las huellas del hombre primitivo representa largos y penosos estudios de arqueólogos y otros expertos. El cuadro que ofrecen sus hallazgos, aunque con frecuencia incompleto, suministra pruebas suficientes del complejo proceso evolutivo que desembocó en la aparición de nuestra especie, el Homo Sapiens, que hoy día puebla el globo.
Nuestros antepasados más antiguos vivían de plantas alimenticias y de la caza, y sólo disponían de instrumentos de piedra para matar sus presas y preparar su sustento. Poco a poco, sin embargo, fueron reduciendo su dependencia de las fuerzas de la naturaleza gracias al pastoreo y al cultivo del suelo. El hombre dio otro gran paso hacia delante cuando aprendió a usar los metales y, con la introducción de esta nueva tecnología, el camino quedó preparado para las realizaciones de la civilización, tal como hoy la conocemos.

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