jueves, 9 de diciembre de 2010

CARLOS LINNEO.


8. Carlos Linneo (1707 – 1778) – “El Sistematizador del mundo natural”

Aunque no es común encontrar al botánico y explorador sueco Carl Von Linné en las listas habituales de “Genios”, su esfuerzo por sentar principios y criterios para clasificar a los organismos naturales ha sido de incalculable valor para el progreso de la biología y la zoología. Gran parte de su sistema se mantiene vigente hoy día en las universidades y centros d investigación del mundo. Después de estudiar medicina en las universidades de Lund y Uppsala, conoció al famoso botánico Olof Celsius, quien lo introdujo al estudio formal de esta disciplina. En la década de 1730 Linneo ya dictaba conferencias sobre el tema y realizaba sus primeras expediciones botánicas que dieron como resultado su obra “Flora Lapponica”, aparecida en 1737. Sus aportaciones más importantes vieron la luz en ese mismo periodo con las obras “Sistema Naturae” y “Genera Plantarum”.
En la época de Linneo muchos exploradores trabajaban alrededor del mundo y descubrían una enorme riqueza natural que superaba los métodos de investigación y clasificación disponibles en aquel entonces. La falta de un sistema adecuado para llevar a cabo un registro ordenado y útil implicaba el riesgo de la distorsión de los datos y la pérdida de información valiosa. Por otra parte, era común que se incurriera en graves confusiones, pues a veces dos plantas muy diferentes entre sí recibían el mismo nombre común. Ese problema todavía perdura en las denominaciones vulgares: Llamamos “orégano” o “quelites” a una gran diversidad de especies que son distintas.
Pensando en ello Linneo usó las dos grandes categorías establecidas por Aristóteles para agrupar a los organismos vivos: El reino Vegetal y el reino Animal. A partir de las semejanzas y diferencias en las estructuras de esos organismos, fue creando subcategorías y subdivisiones y diseñó una nomenclatura binomial en la que se distinguen el género y la especie. Los grupos grandes dan origen a grupos pequeños hasta llegar a las especies. En los últimos años de su vida avanzó, incluso, en la clasificación de los minerales. La mayor virtud de su método fue la facilidad de su aplicación práctica para los investigadores y estudiantes. Había nacido en forma la taxonomía, que más que un sistema de asignación de nombres, es toda una visión que permite entender las relaciones entre los organismos mediante la identificación de sus características comunes. Los progresos en la ciencia después de la muerte de Linneo provocaron cambios sustantivos en sus planteamientos originales. Se descubrió por ejemplo, que los seres vivos no pueden clasificarse simplemente en los reinos animal y vegetal. Sin embargo, se conserva gran parte de la nomenclatura latina que estableció y, sobre todo, el sistema jerárquico de grupos y subgrupos, perfeccionado ahora a partir de nuevos recursos de análisis como el parecido bioquímico o la semejanza genética. El periodista ambiental Enrique Angulo Pratolongo considera que, entre las proezas de Linneo, estuvo la de “Clasificar al hombre en el reino animal, junto con los chimpancés y los orangutanes”, y que, “tras 250 años de uso, su método ha permitido clasificar a 1.8 millones de especies.

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