miércoles, 8 de diciembre de 2010

Denis Diderot


El fenómeno de la genialidad ha motivado diferentes reflexiones a lo largo de la historia. Una de las más importantes es la del filósofo Denis Diderot: (1713-1784), uno de los redactores de la Enciclopedia y filósofo francés, autor de novelas, ensayos, obras de teatro y crítica artística y literaria, nació en Langres el 5 de octubre de 1713 y estudió con los jesuitas. En 1734 se traslada a París, viviendo 10 años como tutor mal pagado y escribiendo para otros escritores, su primera obra importante publicada anónimamente fue “Pensamiento filosóficos” (1746), donde explica y afirma su filosofía deísta. En 1747 recibió la invitación de editar una traducción francesa de la “Cyclopaedia inglesa de Ephraim Chambers. Diderot, en colaboración con el matemático Jean le Rond d’Alembert, convirtió este proyecto en una inmensa obra de nueva redacción que abarcaba 35 volúmenes, “Enciclopedia o diccionario razonado de las artes y los oficios”, más conocida como “La Enciclopedia”.

Con ayuda de los más prestigiados escritores de la época, entre los que figuraban Voltaire y Montesquieu, el escéptico y racionalista Diderot empleó la Enciclopedia como una poderosa arma de propaganda contra la autoridad eclesiástica, la superstición, el conservadurismo y el orden semifeudal de la época. En consecuencia, Diderot y sus colaboradores se convirtieron en el blanco de las críticas clericales y reales. En 1759 el Conseil du Roi suprimió formalmente los diez primeros volúmenes (publicados a partir de 1751) y prohibió la publicación de la obra. Pese a todo, Diderot continuó trabajando en los volúmenes restantes y logró imprimirlos en secreto. Los 17 volúmenes del texto se completaron en 1765, pero las ilustraciones y los suplementos no se añadieron hasta 1780.

La abundante obra de Diderot incluye las novelas “La religiosa” (1796), una crítica a la vida conventual, “El sobrino de Rameau (1761), una sátira de la sociedad contemporánea y su hipócrita moral, traducida al alemán por Goethe, y “Jacques el fatalista” (1796), donde analiza la psicología del libre albedrío y el determinismo, “Cartas sobre ciegos para uso de los que ven” (1749), trata de cómo aprenden los ciegos, mientras que el diálogo dramático-filosófico “El sueño D’Alembert” (1830), contiene sus teorías materialistas. Pionero de la crítica estética, Diderot fundó en 1759 “Salones”, un diario en el que escribía las críticas de las exposiciones de arte que se celebraban anualmente en París. Su correspondencia carece de interés en una época famosa por sus brillantes manifestaciones epistolares. Diderot gozó del mecenazgo ilustrado de la reina Catalina II la Grande de Rusia y ejerció una notable influencia en otros pensadores de la Ilustración en Europa, murió en París el 30 de julio de 1784. Póstumamente, entre otras obras, se publicó “La paradoja del comediante” (1830), una de sus obras más inquietantes.

A continuación parte de su pensamiento…

…[“Hay en los hombres de genio (poetas, filósofos, pintores, oradores y músicos) una calidad de alma particular, secreta, indefinible, sin la que no es posible ejecutar nada grande y bello. ¿Es la imaginación? No. He conocido imaginaciones valiosas y fuertes que prometían mucho y no lograron nada, o muy poco. ¿Es el buen juicio? No. Es bastante común hallar hombres de gran juicio cuyas producciones son cobardes, blandas y frías. ¿Es el espíritu? No. El espíritu dice cosas hermosas, pero hace cosas pequeñas. ¿Es el calor, la vivacidad, el ardor mismo? No. Las personas ardientes luchan y se agotan para hacer cosas que no valen la pena. ¿Es la sensibilidad? No. He conocido personas cuya alma se afectaba rápida y profundamente, que no podían escuchar alguna historia sin salir de sí mismas, transportadas, ebrias, enloquecidas, pero sólo balbuceaban como niños… ¿Es el buen gusto? No. Más que producir belleza, el gusto borra los defectos, ¿Es un don que se adquiere en mayor o menor grado? No, ¿Es un resorte de la naturaleza?, ¿Es una determinada conformación de la cabeza y las vísceras? ¿Una determinada composición de los humores corporales? Aunque no los conozcamos bien, podría tratarse de eso y del espíritu observador. Ese espíritu se ejercita sin esfuerzo, sin contención. No mira, observa; se instruye, comprende sin estudiar, no tiene ningún fenómeno presente, pero resulta afectado por todos. Lo que le queda es un tipo de sentido especial del que carecen los otros, una extraña máquina que dice: “Esto va a salir” o “Esto no va a salir” y, en efecto así ocurre; “esto es verdadero” o “esto es falso” y las cosas se dan como supuso. El hombre de genio pone las cosas al azar y lo hace sin haber calculado las posibilidades a favor o en contra”].

¡Que les parece Diderot…! ¡! Digno de lectura ¡! ¿No es de ese modo?...

No hay comentarios: