viernes, 8 de mayo de 2009

MUJERES DEL SIGLO XXI

LAS MUJERES DEL SIGLO XXI

Día a día se adquiere mejor consciencia del papel de la Educación como el factor ineludible para lograr la tan anhelada por muchos – igualdad entre los géneros y el surgir de la mujer a una vida plena en igualdad de derechos – no tan sólo las obligaciones que generacionalmente ha ocupado en el devenir de los tiempos. Desde esta perspectiva, en los pasados 30 años nuestro país ha firmado convenios internacionales y regionales que comprometen al gobierno a tomar las medidas necesarias para eliminar las desigualdades de género en el campo educativo, entre los que destacan: La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés) firmado en 1979, la Plataforma de Acción Mundial (PAM) surgida de la IV Conferencia Mundial sobre la mujer celebrada en Beijing, en septiembre de 1995, el Programa de Acción Regional (PAR) para las mujeres de América Latina y el Caribe, 1995-2001, y la Declaración del Milenio, firmada en septiembre del año 2000.
La PAM dedica un apartado a la situación educativa de las mujeres, señala que la Educación “es un derecho humano y constituye un instrumento indispensable para lograr los objetivos de igualdad, desarrollo y paz” y establece la importancia de la educación no discriminatoria para las niñas y los niños: “la inversión educativa para las niñas y las mujeres ha demostrado ser uno de los mejores medios para lograr un desarrollo sostenible y un crecimiento económico a la vez sostenido y sostenible, con un rendimiento social y económico muy alto”.
De las afirmaciones contenidas en los convenios puede deducirse que los Estados tienen la responsabilidad de implementar políticas activas para: garantizar a la población en general, y en especial a las niñas y a las mujeres, el acceso a una educación formal e informal que la prepare para el ejercicio de sus derechos y de la ciudadanía plena; la participación equitativa en los niveles de decisión y el reparto igualitario de las responsabilidades familiares y domésticas; superar los obstáculos en la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres, así como promover la igualdad de género y la autonomía personal, económica, social, política y cultural de las mujeres para que puedan participar como pares, en igualdad de condiciones, con otros actores, en todos los espacios y niveles de deliberación y toma de decisiones.
En este sentido, el gobierno mexicano tiene el compromiso ineludible de incorporar la categoría género en el conjunto de las políticas educativas, lo que implica nivelar tanto las desigualdades en el acceso, permanencia y egreso de niñas y niños en el sistema educativo, como introducir cambios en la socialización de género a través de medidas para eliminar la discriminación y los estereotipos sexuales en el proceso educativo: currículo, libros de texto, formación y actualización docente.
Por tanto, es de esperar que durante el presente siglo, al fin, podamos construir (entre todos, gobierno, hombres, mujeres, niños y niñas) dicha categoría de seres iguales en lo cotidiano y en general las relaciones – ahora mal entendidas – ya que parece a muchos les place que nuestras compañeras de viaje permanezcan ahí, en el rincón, detrás de la puerta, sin salir al mundo y menos oírlas declarar el derecho a vivir, hablar, buscar y educar que todos tenemos por ley natural y que en muchos sitios les es sistemáticamente negado por hombres aferrados a la tradición, hablo de muchos padres, esposos, inclusive hijos, mismos que miran como algo de naturaleza real el que sus madres, esposas o hijas deben tomar como algo predeterminado por Ley. Dichas relaciones es de primera necesidad tengan un trato adecuado a estos tiempos – veremos que de suceder esta acción, el trabajo de ellas, con mejor educación, sin soportar el maltrato, con la aportación de sus ideas, con la aceptación sin cortapisas de nosotros sus compañeros, juntos, formaremos un equipo que no habrá poder alguno que impida lograr el desarrollo de esta sociedad que – ahora más que nunca – requiere de dicha conjunción de esfuerzos.
Por dichas razones ya descritas, exhorto a todos los que pueda quedarles este traje – que en verdad son muchos – a tratar de hacer uso de la inteligencia que el Señor Dios ha puesto en cada uno de nosotros, y pensar que si el trabajo que enfrentamos por lograr mejores condiciones de vida, mucho más saludables, con estándares de calidad, con placer por estar en esta nave volando a 40,000 kilómetros por hora alrededor del Astro Rey, a preocuparse por elaborar pensamientos a favor de nuestras mujeres, incluidas las niñas y las ancianas, y en torno a estos pensamientos, conformar el equipo que hará posible la transformación de la sociedad.
En este tenor, solamente me permito hacer un viaje imaginario alrededor del mundo, en el cual ambos géneros vibremos en el mismo tono, – en forma literal – caminemos tomados de la mano, sonriendo, pensando, trabajando y caminando juntos, respetando los saberes y haceres de cada cual, con el problema de la “EQUIDAD” resuelto y quedado en la historia como un elemento negativo que debe quedar enterrado para no resucitar jamás, en ese momento, agradeceremos el trabajo que ellas fueron capaces de hacer, en ese momento deberemos formar un altar y darles gracias por el beneficio recibido.
Hombres del siglo XXI – de no incluir esta clase de acciones dentro de nuestras cabezas – está demostrado que las cosas seguirán igual, con el riesgo inminente de empeorar – debido a que, “ la historia no miente” – desde el inicio de nuestra vida independiente hombres de todas las tallas habidas y por haber, han tratado – muchas veces inútilmente – de contribuir a mejorar las condiciones de vida de esta población mundial y lo único que han logrado es que las cosas empeoren cada día más, ejemplos sobran desde el “Padre de la patria”, Morelos, Juárez, Maximiliano, Díaz, y ahora los nuevos, Salinas, Cedillo, Fox, y el mejor de lo peor, Calderón… siempre hombres que logran satisfacer sus necesidades individuales, y que dejan en el rincón – detrás de la puerta y con oídos sordos a los clamores del pueblo a quien dicen servir.
De continuar con este imaginario viaje, imaginemos que una mujer con conocimiento – ya hay muchas – con conciencia lúcida – también existen bastantes, le otorguemos el poder de decidir los destinos del pobre pueblo mexicano, y de continuar con la imaginación – ahora desbordada – nos logre sacar de este perpetuo atraso, de ese subdesarrollo – que ya cansa por lo eterno – y logre, junto con otras y otros, que, por fin nos pongamos a trabajar en lo social, lo político y las demás esferas sociales, para avanzar por los caminos que ahora y siempre nos han sido negados. Puedes imaginar una vida diferente de lo que dicta la forma tradicional, en la cual lo importante es buscar el más mínimo pretexto para no laborar, para “hacer puente”, llegar tarde a todos lados, hacer como que trabajo – que al fin el patrón hace como que me paga, escamotear todo lo inimaginable, continuar con nuestras “hazañas” de contribuir con la corrupción, la mordida, la deshonestidad, el robo, la mentira, el engaño a todos quienes nos rodean – y de forma por demás grotesca – ufanarnos de ello ante propios y extraños, así como si realmente fuera una hazaña tener en nuestra conciencia todo por lo cual deberíamos estar confinados en el lugar adecuado – y además sin oportunidad de salir, como dicen los abogados: sin derecho a fianza posible.
Los maestros conocemos que en el cotidiano trabajo del aula – por fortuna, ahora conviven los géneros en igualdad de circunstancias – existen muchos estudiantes que si hacen lo que deben hacer, sin embargo, es notorio que el bello sexo, es de manera importante mejor dedicado a la labor de formación como sujetos activos y responsables del trabajo, basta observar que en el trabajo de equipo – por ejemplo, el desempeño es, con mucho, de mejor dedicación al arte de aprender y lograr los mejores resultados en comparación de muchos de sus compañeros del sexo fuerte. Entonces ¿Cuál es el problema? – la respuesta es obvia, los adultos hemos construido un mundo de hombres y para los hombres, no les damos su lugar, minimizamos el trabajo de ellas, les hacemos saber – a veces, de manera no muy ortodoxa que ellas no valen nada, que sólo sirven para estar en casa, detrás de la puerta, haciendo el quehacer doméstico – mismo que por sistema no es valorado en su justa dimensión. Personalmente reto a dichos hombres a que hagan el ejercicio de imaginar que un buen día, el poder supremo, les premia transformándolos en el sexo opuesto, y que dicho premio es solamente por un plazo de no más de 6 meses, en los cuales habrá que llevar a cabo las funciones propias de su sexo, haciendo ni más ni menos que el trabajo que nuestras mujeres en su cotidianeidad llevan a cabo y por ende, sobrevivir con la dignidad que caracteriza a nuestras compañeras, a la tradición de que no puedes hacer esto o aquello, porque a los hombres no les parece adecuado, pueden imaginar mis estimados lectores el resultado del mencionado premio al esfuerzo de ser hombres cabales.
Recuerdos solamente quedan del pensamiento – saber de la autora de mis días…
…{El hombre debe ser…} “Feo, Formal y Valiente”, la mujer siempre será bella, sin la mujer el destino de la humanidad se perdería en la nada, sería un desperdicio de creación, además que aburrición de vida – puros hombres, ¡Bhah!, las mujeres somos las flores que adornan el mundo, si un hombre no encuentra unos ojos bonitos, que lo sepan mirar, unos labios que besar, unos brazos que lo sostengan, entonces no sabe lo que es realmente bello, ni cómo se vive una vida plena, ni la razón para estar en el mundo…
Esto y más era plática de mi madre con las visitas a la casa materna – ahora muchos años después… esos pensamientos en cuantas mentes femeninas todavía quedan… si analizamos las noticias que ahora dan la vuelta al mundo casi en el instante que ocurren, ¿Qué es lo que encontramos?... es de sobra conocida por todos los andantes en este camino las atrocidades que día tras día encontramos ahí, ¿Será necesario relatar de nuevo lo que ocurre en esta bola errante por el espacio? – ¿Habrá en las conciencias de los casi siete mil millones de personas que atiborramos todos los rincones de la tierra el deseo de transformar esta terrible situación?
Cuando lo pienso, trato de pensar, por ejemplo, en la obra de Michel Ángelo di Lodovico Buonarroti Simoni (1475 – 1564), su trabajo en mármol de carrara, “La Piedad” – su “David” – el “Moisés”, el cual fue su escultura más realista y cuenta la leyenda que al terminarla el escultor pensó que la única cosa que le faltaba por extraer del mármol era la propia vida, por lo que golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo: “¿Porqué no me hablas?”. Sólo un ser privilegiado, tocado por la mano de Dios, es capaz de dar forma a estas rocas, esculpiéndolas hasta alcanzar la perfección e incluso a impregnarlas de un cierto halo de vida, ese ser era “Miguel Ángel”.
Por fortuna existe en el mundo infinitamente mucho más amor que odio, más verdad que mentira, con grandeza mucha más bondad que maldad, a pesar de la información difundida por los medios de comunicación – y habrá que decirlo – del gusto de las personas, quienes buscan con ahínco el conocer la “nota roja” que cualquier otra sección noticiosa, lo cual es un “mal cultural”, una especie de morbo por conocer que hacen los “otros” – sin pensamiento real sobre que nosotros mismos somos los “otros” de los otros, que nuestros actos de manera directa afectan a esos “otros” – con intención o sin ella – con sabiduría – que podemos adquirir por medio de la lectura – será en verdad, uno de los caminos que hay que recorrer para darle un “ORDEN” a todo lo que nos rodea, hacer un “reacomodo” – iniciando con nuestro pensamiento, al cual, es necesario “desfragmentar”, (Limpiar) – (Sacudir de polvo y telarañas), para ocuparlo por pensamientos más positivos y verdaderos en torno al tema de los derechos de nuestras mujeres y en general de todo el pensamiento que lo ocupa.
Ahora las preguntas son: ¿Qué nos falta como sociedad, para que unidos logremos hacer nuestro mundo un mejor lugar de vida? - ¿Trabajo en equipo? - ¿Pensamiento? - ¿Acciones?...
Las respuestas están – donde siempre han estado – en el interior de las cabecitas de las personas que nos acompañan en este viaje por los confines del Universo…
Por último favor de recordar el ejercicio descrito líneas arriba, el cual pretende dar conciencia del verdadero “valor” que representa el – ahora callado trabajo de nuestras mujeres, niñas, jóvenes y ancianas…
Será un placer recibir sus comentarios sobre este o cualquier otro tema en la dirección electrónica siguiente: azunigag.2@gmail.com
Me despido de momento con el consabido – “Hasta la próxima”
Adolfo Zúñiga García.