miércoles, 13 de agosto de 2008

Medicina Cuántica.

MEDICINA Y FÍSICA CUÁNTICA.

E

l siglo XX trajo más cambios para la humanidad que los anteriores tres mil años. Muchos de ellos como consecuencia directa de las teorías de unos cuantos visionarios en el campo de la física. Su pensamiento no solo ha modificado nuestra forma de comprender el universo y a nosotros mismos, sino también la manera en que abordamos temas tan prácticos como son la salud y la enfermedad. A principios de esa centuria los premios Nóbel Max Planck, Albert Einstein y Louis de Broglie sacudieron al mundo científico con sus teorías sobre la materia y la energía. En 1925, el francés de Broglie postuló que el electrón no es una partícula sino una onda, lo que significa que la materia, reducida a su componente más pequeño, es energía y que todo es energía, incluido el cuerpo humano.

El inglés Paul Dirac, premio Nóbel de física en 1933, postuló la primera teoría del campo cuántico, que señala que las partículas no pueden separarse del espacio que las rodea, el cual constituye un campo continuo que incluye todo lo existente. De ello se desprende que tanto la luz como la materia tienen las mismas propiedades de partícula y onda o campo energético; en otras palabras, las partículas son condensaciones en el campo energético.

Richard Feyman, otro premio Nóbel (1965), expandió las ideas de Dirac para postular la teoría de la electrodinámica cuántica, que describe la interacción entre luz y materia, y sus efectos en los campos energéticos. Esta teoría condujo a la comprensión del cuerpo humano como un campo de energía.

Para Carlo Rubbia, Nóbel de física en 1984, la materia es menor a una billonésima parte del universo manifiesto, el resto es puro fenómeno energético resultado de interacciones, campos de información y resonancia. Los campos de información ponen las cosas donde están y las sostienen. Básicamente todo es información, que se materializa cuando interactuamos con ella; es decir, la materia es energía y la energía es información. Y al respecto el médico inglés Keith Scott-Mumby sugiere que los campos de información o campos de probabilidad cuántica, son el intermediario entre conciencia y realidad. Scott-Mumby nos recuerda que la etimología de la palabra “información” es “dar forma material a”.

El bioquímico británico Rupert Sheldrake demostró recientemente (1999) que los perros son capaces de determinar por PES (Percepción extra-sensorial) que sus amos están por llegar a casa. Para Sheldrake, los fenómenos PES demuestran que un campo similar al electromagnético o al gravitatorio une la conciencia (humana y no humana) y lo llamó campo morfogenético o campo M. esta teoría permite explicar por qué cuando un grupo de ratones de laboratorio aprende una ruta dentro de un laberinto, otros ratones sin contacto físico con los primeros también lo aprenden. El campo M es un campo de información que no depende de las mentes humanas individuales, está fuera del tiempo y espacio, y por lo tanto, no disminuye con la distancia.

Los conceptos anteriores han permitido desarrollar una teoría electrodinámica de la vida: la materia viviente está rodeada y controlada por campos electrodinámicos. Estas fuerzas eléctricas existen en todos los seres vivos y determinan su organización. Los estados de enfermedad en los seres vivos se acompañan por cambios en la conductividad eléctrica de las células. Robert O. Beker, cirujano ortopédico y pionero en la medicina bioeléctrica, demostró que el cuerpo tiene un campo eléctrico y que la anestesia general provoca una atenuación de ese campo: la conciencia no es la materia gris sino el campo que la rodea. Pero el campo energético humano no sólo es un fenómeno eléctrico, la fotografía Kirlian prueba la existencia de un campo más sutil llamado aura. Al trabajar con cámaras Kirlian, la Doctora Valerie Hunt, profesora emérita de la UCLA, encontró que la enfermedad y la salud “entran” en el campo magnético antes que en el cuerpo. Esto valida el conocimiento oriental: la enfermedad ocurre primero en el cuerpo sutil y puede ser balanceada con energías sutiles.

EL HOLOGRAMA CORPORAL.

Otros investigadores sugieren que el cuerpo humano funciona como un holograma. La enfermedad resulta cuando la vibración de un patrón ajeno al cuerpo es más lenta que la vibración o zumbido biológico del mismo. La teoría de la información afirma que el universo, a pesar de su aparente solidez, es realmente un holograma: campos de interferencia generados por patrones de luz superpuestos. Los hologramas difieren de las fotografías en que cada uno de sus fragmentos contiene el todo. Si cortamos la foto de un elefante, tendremos el rompecabezas de un elefante. Si cortamos el holograma de un elefante, tendremos muchos elefantes pequeños, aunque menos claros porque cada copia contiene menos luz (información). La sangre posee cualidades holográficas, al igual que la luz, tiene características tanto de onda como de partícula: es un fluido y un conjunto de células sólidas. La sangre, uno de los aspectos más complejos del organismo, es algo así como la autopista de la información del cuerpo. El cerebro también tiene propiedades holográficas: un recuerdo no está localizado en un área o estructura específica, sino que parece estar distribuido en todo el cerebro. Un daño en una parte del cerebro no significa pérdida de la función asociada con esa estructura, ya que otras partes del cerebro son suficientemente maleables para compensarla.

DOS MEDICINAS ENERGÉTICAS.

La homeopatía, creada en el siglo XVIII, es un sistema médico en que la salud es evocada a nivel energético, a diferencia de la alopatía, que trabaja químicamente. Estimula la propia energía curativa del cuerpo, como un diapasón que ajusta las cuerdas inarmónicas. Es bien sabido que sus remedios son agitados vigorosamente en cada dilución para incrementar su campo vibratorio y que están tan diluidos que a veces no hay moléculas de la sustancia original, sólo su vibración, por lo que la ciencia no puede explicar su funcionamiento.

Un sistema todavía más antiguo es la medicina tradicional china. Los chinos descubrieron hace miles de años los meridianos de la acupuntura o patrones de flujo de energía, los cuales pueden ser corregidos al estimular un punto en el cuerpo. El Doctor Reinhold Vall, profesor de neuroanatomía, desarrolló un sistema llamado Electroacupuntura de Vall (EAV) para probar los puntos eléctricos del cuerpo. Con ello confirmó la existencia y localización de los meridianos. La mayoría de los científicos no acepta el concepto de meridianos o canales de energía en el cuerpo, aunque reconocen el valor de la acupuntura en la anestesia. Sin embargo, no pueden responder cómo al estimular una parte del cuerpo se estimula la producción de dopaminas en el cerebro.

HACIA LA MEDICINA INFOCÉUTICA.

El australiano Peter Frazer, maestro de acupuntura durante 13 años y presidente del Colegio de Acupuntura de Melbourne, podía repetir las lecciones enseñadas por los chinos desde hace siglos, pero no ofrecer consideraciones científicas que satisfacieran el análisis occidental en cuanto a qué son los meridianos, cómo se forman, qué hacen, qué tipo de energía conducen ni porqué no los vemos. Al buscar responder a estas preguntas, Fraser unió medicina tradicional china, homeopatía y física cuántica para describir los meridianos en términos de vectores magnéticos. Imprimió estos vectores dentro de ampolletas que representan los meridianos y relacionó éstos con el resto del campo corporal. Poco después descubrió que los meridianos son solo una parte del campo corporal y demostró que el campo corporal podía ser descrito en términos de la electrodinámica cuántica.

Fue entonces que Peter Frazer se encontró con los trabajos del Doctor H. S. Schimell, quien elaboró réplicas energéticas de los meridianos de acupuntura. Para ello emparejó los síntomas o aspectos de los 12 meridianos con los remedios homeopáticos. Frazer corrigió los aspectos de uno de los meridianos y en lugar de considerar 12 elevó su número a 96, pero este sistema era demasiado complicado para llevarlo a la práctica.

Frazer descubrió algo que le hizo comprender la estructura interna de los meridianos: funcionan como quantums, es decir, como partículas energéticas que brincan de un nivel de energía a otro. Eso explica porqué dos ampolletas de Schimell correspondientes al meridiano del Intestino Delgado energéticamente a las pertenecientes al meridiano del Corazón y tres a las del Riñón. Esto le permitió postular la existencia de un control maestro del cuerpo que, al ser armonizado, corrige el funcionamiento de un órgano de manera permanente. Poco después su investigación le llevó al concepto de “senderos integrales” del físico Richard Feynman, que explica cómo se forman patrones a partir del movimiento aparente de las partículas en el espacio. En 2002 intuyó que podía medir constantes físicas en la conducta de la energía en el espacio en “compartimientos”. Condujo una investigación colectiva que mostraba la existencia de 12 centros energéticos mayores o chakras. Finalmente, en compañía de Harry Massey, desarrolló entre 2003 y 2004 el sistema NES.

FUNDAMENTOS DEL SISTEMA NES.

La naturaleza es ordenada y organizada, y dicho orden se expresa mediante leyes o patrones. El campo energético del cuerpo humano (CEC) es el sistema maestro que mantiene los patrones físicos, emocionales, químicos, mentales y energéticos. La calidad del CEC puede ser alterada por diversos factores, como químicos tóxicos, traumas, creencias negativas, shocks, etc. Cuando el CEC es perturbado, disminuye el orden y el individuo sufre una enfermedad. El escaneo mediante el NES revela los disturbios en el CEC.

Los patrones CEC son similares a los hologramas. Como dijimos anteriormente, un holograma es construido a partir de patrones de interferencia. Además de proyectar una imagen en tres dimensiones, los hologramas guardan información. Cuando dos átomos se aproximan sus ondas se traslapan y generan patrones de interferencia, un campo de información holográfica que se extiende más allá del cuerpo.

Los patrones de información holográfica del CEC proveen información a los átomos para formar las estructuras bioquímicas y patrones del cuerpo. El CEC también contiene información de los aspectos emocionales, mentales, energéticos y de memoria del cuerpo. Si dos patrones holográficos similares son energizados por un campo electrostático, se comunican (transfieren comunicación) a través del espacio. Esto es conocido como correspondencia. Frazer y Massey desarrollaron un sistema para detectar esta comunicación holográfica y determinar la calidad de la comunicación. Esta es la base del sistema NES.

Cada una de las estructuras del CEC (Conductores, Integradores, Terrenos y Estrellas Energéticas) tiene sus propios patrones holográficos. El sistema NES determina las representaciones holográficas de cada una. Para ello se coloca un campo electrostático entre el paciente y la computadora. El sistema detecta la calidad de comunicación entre ambos.

INFOCÉUTICOS.

Las ampolletas NES o infocéuticos contienen información que hace correspondencia con la que poseen las estructuras del CEC. Cuando el escáner NES detecta distorsiones en la información, los infocéuticos restablecen la información del CEC. Las toxinas, los químicos, los traumas emocionales, el esmog, los recuerdos, etcétera, causan distorsiones en los campos de información; los infocéuticos las corrigen. Así como los casets, CD´s y USB´s son medios de almacenamiento de información, NES almacena información en los Infocéuticos, la cual es codificada dentro de la estructura subatómica de minerales coloidales. Éstos son minerales digeridos por plantas y encerrados durante millones de años en estratos de esquistos. Una característica de los Infocéuticos es que son únicos y no pueden ser copiados homeopáticamente.

NES Y TOXINAS.

Una analogía permite mostrar cómo la terapia NES actúa sobre uno de los factores de alteración: las toxinas. En un vaso de precipitación con agua calma, el agua está organizada en una estructura ordenada. Si arrojamos en ella una pelota de ping pong, ésta flotará en la superficie causando poca alteración, pero una pelota de madera causará mayor alteración y un guijarro provocará una alteración mayor. Si derramamos tinta dentro del vaso de precipitación causaremos poca alteración, pero el agua quedará perneada. Con cualquiera de estos objetos, pasado un tiempo el agua se estabilizará, pero no regresará a su estructura original, pues tiene que adaptarse a la presencia de la pelota, guijarro o tinta. En esta analogía el agua representa a las moléculas del cuerpo y su estructura las estructuras del cuerpo (células, tejidos, órganos). La pelota, el guijarro y la tinta son las toxinas (químicas como la contaminación ambiental, mentales como traumas, campos energéticos externos como radiación electromagnética y hereditarias como desórdenes genéticos). Algunas toxinas, como las pelotas de ping pong, sólo tocan la superficie y no causan gran alteración; el cuerpo se defiende de ellas. Otras como la pelota de madera, entran en el cuerpo pero flotan causando poca alteración; el cuerpo se defiende pero se involucra poco. Otras son como la tinta, permean la estructura y provocan muchos cambios; el cuerpo se involucra completamente.

Existen diversos métodos convencionales para retirar el guijarro: explotarlo con un láser, disolverlo con un químico, alcanzarlo y sacarlo. Ninguno se ocupa de la estructura. El sistema NES restablece la organización de la estructura, es decir, retira la adaptación al guijarro. Si el guijarro se retira rápidamente, como en la medicina convencional, provocará una fuerte alteración en el agua, la llamada crisis curativa. La ventaja evidente frente a estos métodos es que los Infocéuticos se administran en gotas, la reacción es suave y la información del cuerpo es restablecida.

Artículo tomado de el “Buscador y sus caminos”

Volumen 19, Núm. 6 – Junio 2008.

Por Rebeca Muñiz.

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