miércoles, 18 de septiembre de 2013

Charles Darwin.



Retomando la idea de entablar alguna relación con algunos seres que transformaron a nuestra mente... yy lo que hay dentro de ella, es que comparto otro de esos prodigiosos personajes que cambiaron su mundo... (Nuestro de todos modos)...

9. Charles Darwin (1809 – 1882) – “El teórico de la evolución”

La importancia e impacto de una teoría científica no se miden sólo dentro del propio ámbito de la ciencia, sino en áreas diferentes a ésta como la sociedad, la religión y la cultura de una época en general. Su fuerza se consolida cuando, muchos años después de haberse postulado, las nuevas investigaciones y descubrimientos confirman su validez y pertinencia, y logran ajustarla de forma adecuada para comprender las nuevas realidades que se distinguen. El caso que mejor cumple con estos requisitos es la “Teoría de la Evolución postulada por el naturalista Charles Darwin.
En 1831 Darwin se embarcó en el HSM Beagle, navío de la marina británica que habría de realizar investigaciones sobre la vida silvestre en las costas de Sudamérica y algunas islas del Pacífico.
El trayecto duró cinco años, durante los cuales Darwin llevó a cabo observaciones sobre la diferenciación de las especies en las distintas regiones geográficas. De regreso a Inglaterra trabajó en sus ideas y anotaciones a lo largo de 20 años que le permitirían dar forma a la “Teoría de la Evolución”, cuyo resumen se expone en “El origen de las especies”.
Darwin partió de una observación muy sencilla: la forma en que los horticultores crean nuevas especies a partir de una selección realizada por ellos mismos, y consideró que la naturaleza procedía de acuerdo con métodos análogos. El otro eje de su teoría fue la apreciación de que no todos los organismos vivos llegan a la madurez, y la muerte tiene un efecto selectivo que preserva a los más fuertes o aptos para sobrevivir.
Por otra parte, observó que aquellos organismos que presentan alguna variación natural tienen mayores oportunidades de escapar a la destrucción. Esta selección natural, que opera como una constante, tiene efectos sensibles sobre múltiples individuos de una especie a lo largo del tiempo y explica la transformación y diversidad de la vida en la Tierra.
Desde su origen, las teorías de Darwin gozaron de un enorme éxito por su claridad, su apelación al sentido común y su capacidad de englobar varios hechos y observaciones aparentemente inconexos. Al adoptarlas, las ciencias biológicas sufrieron una transformación radical; por el contrario, la religión las rechazó porque proponían que el hombre descendía del mono y parecían ir contra la idea de la creación divina. Una lectura más detallada de sus ensayos demuestra que Darwin da por hecho la vida, pero nunca explica si es resultado del azar (y la evolución misma) o de un acto creativo. El pensamiento de Darwin no está exento de problemas y debilidades que han sido expuestos a lo largo del tiempo. No logra explicar, por ejemplo, la génesis de órganos complejos y especializados, y sostiene la posibilidad de heredar caracteres adquiridos, descartada hoy por la biología. En contraste la comunidad científica aprecia especialmente el método empleado para la construcción de sus teorías: la renuncia a generalizaciones simplistas y el examen escrupuloso de los hechos antes de establecer postulados.

El trabajo de Darwin se considera de excepcional valor para el pensamiento occidental. En su ensayo “Darwin’s Influence on Modern Thought”, el científico Ernst  Mayer asegura: “Muchas de las ideas biológicas propuestas en los últimos 150 años estuvieron en un grave conflicto con lo que todas las personas asumían como verdadero. La aceptación de esas ideas requería una revolución ideológica. Charles Darwin es responsable de las modificaciones más drásticas y numerosas a la imagen del mundo que solían tener las personas promedio”.

¿Qué pensamiento sale a flote del sentimiento de cada uno de los lectores de estas líneas?

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