martes, 11 de enero de 2011
POTENCIALIDADES...
Hola mundo... Bienvenido nuevo año 2011 - Esperemos con renovada Fe el continuar en la brega cotidiana, luchando y tratando de construir un mejor futuro que nos lleve a desarrollar las:
"POTENCIALIDADES DEL SER"
Me encantaría comentarles que… algunas veces me embarga la angustia al recordar la vida de las personas comunes en el transcurrir del tiempo que nos toca vivir, somos una gran cantidad de ellas las que pensamos en los porqué, los para qué, los con qué, los cómo, con quién, de la vida – todo este pensamiento, es tratar de descifrar los problemas que encontramos a cada paso en este, a veces, largo peregrinar por los confines del cosmos de cada uno de los que viajamos, con el conocimiento y muchas veces sin el.
Los “pensantes” – los “No pensantes” – dos tipos muy diferentes en su interior, pues el exterior rara vez nos indica lo que sucede dentro de la persona, los pensamientos son algo intimo, la mayoría de las veces secreto… algunas veces son pensamientos buenos, nobles, grandiosos, hermosos; pero no siempre sucede de esa manera… muy desgraciadamente…
La vida dignamente vivida; satisfactoriamente vivida, honorablemente vivida, nos otorga los mismos atributos de dignidad, satisfacción y honorabilidad, deberemos suponer que lo contrario a este principio nos otorga lo contrario; dicho de otro modo, si la persona tiene dentro de su pensamiento crueldad, tortura, maldad, vicio, soberbia, lujuria, ira, gula, envidia, avaricia, pereza – entonces esa “persona”, de acuerdo al principio escrito en el inicio del párrafo, será irremisiblemente dotada de los mismos atributos que posea en su interior, “cruel” – “torturador” – “malo” – “vicioso” – “soberbio” – “lujurioso” – “colérico” – “tragón” – “envidioso” – “acaparador”… y para acabarla de amolar… “flojo”.
¿Habrá en toda la naturaleza alguien que con el conocimiento de este principio, sea un buscador de los atributos señalados en la anterior descripción?... ¿Habrá alguien que con premeditación, alevosía y ventaja – por utilizar los agravantes de la ley – sea su fin último ser de esa clase de “personas”? – si esto es lo que producen ellos, entonces la explicación de los por qué estamos como estamos, viviendo rodeados de incertidumbre, incomprensión, injusticia, maldad y tantos y muchos más adjetivos como los descritos.
Increíblemente la mente – parte integral del Ser, escasamente explorada… y conocida solamente por expertos, es desconocida por las “masas”, a quienes la reflexión sobre nuestro destino; a lo que realmente venimos a estas tierras, les es ajeno, no importante ni trascendente, vivimos porque si, porque aquí estamos, algunas veces sin saber cómo, mucho menos para qué.
Armonía dentro de nuestro universo, cosmos, naturaleza, en todo lo que existe, es el fin último, de cada uno de los seres que conformamos el entorno que nos toca disfrutar, amar, y cuidar para que nuestros descendientes y ascendentes tengamos por nuestro orgullo y fin.
La potencialidad de toda esta historia se encuentra dentro de nosotros mismos, es la mente la que deberemos educar, alimentar, conservar, y con ella lograr que nuestra historia tenga una verdadera razón de ser… lo descrito en el papel parece fácil, pero en la práctica de los atributos del bien es en donde encontramos una verdadera epopeya, fruto de muy distinguidas personas que poseen la dicha del buen vivir.
La mayoría de las personas reconocemos el bien – también el mal – no obstante la práctica de los bienes de la vida se encuentra reservada solamente para unos cuantos; y no estoy escribiendo sobre la posesión de los recursos económicos – muy necesarios en todos los momentos de la vida – pues no es un recurso abundante entre los habitantes de este rechoncho hábitat, es abundante solamente para unos cuantos ¿afortunados?... esto no lo sé de cierto, pero lo que si sé es que no necesariamente la posesión de los mismos produce felicidad, es casi generalmente al contrario – estoy tratando de hacer notar que el bienestar, la armonía y en general lo que se puede considerar “bienes”, estos se encuentran en las cosas – a veces muy pequeñas – como la sonrisa de un bebé, o su “puchero”, su llanto, su mirada, sus pequeñas caricias al tomarte la cara, el bigote, la nariz, los ojos; en los “sentidos”, como la vista, el olfato, el tacto, el oído, el gusto y los demás que por desgracia olvidamos que los tenemos, como la “telepatía”, “telequinesia”, “tele transportación molecular”, etcétera, (se encuentran vestigios de 11 sentidos que la humanidad poseía; y que por el momento no es la intención hacer relato de ellos), las cosas grandes como el recibir la energía de nuestro astro rey, la sensación de recibir la brisa en el rostro, el viento, la toma de oxigeno – (que producen las plantas por medio de la fotosíntesis y que tan poco caso hacemos de dicho proceso, pues si este dejara de hacerse, sencillamente desapareceríamos como especie), son estas las verdaderas maravillas que casi nunca tomamos en serio, pues las vemos como algo “dado”, casi como una obligación de la naturaleza; es el caso de que el hacer del hombre con poco pensamiento, con desidia, con insana satisfacción, estamos provocando que con los procesos que llevamos a cabo, estemos llenando nuestro lugar de todas esas, no aptas para la vida, ruinas, descuidos, basuras, contaminantes… parecemos como el Rey Midas; él todo lo que tocaba lo convertía en oro, nosotros todo lo que tocamos lo convertimos en contaminante, de tal manera que a inicios del siglo XXI, nos topamos de lleno con que nuestro aire, el agua, la tierra, y hasta el fuego, todo lo tenemos “contaminado”, y sin haber visitado nunca el significado de dicha palabra continuamos con el afán de seguirlo haciendo… creo que vale la pena que por el momento visitemos el diccionario para conocer lo que significa dicha palabra:
Contaminar v. t. “Alterar nocivamente una sustancia u organismo por efecto de residuos procedentes de la actividad humana o por la presencia de determinados gérmenes microbianos (ú. t. c. r.) || Ensuciar, manchar.|| contagiar || fig. Corromper, viciar. | pervertir, corromper (ú. t. c. r.).
Somos en una gran parte contaminadores de todo lo que por nuestras manitas pasa, y muchas veces ni siquiera lo hacemos (el tocar), y sin embargo, manchamos, contagiamos, ensuciamos a todo y a todos, con los mismos cuestionamientos descritos página arriba, ¿nuestra mente es ajena a la acción de contaminar? – habrá que pensarlo muy bien, pues si revisamos esos [“íntimos”, “secretos”], pensamientos que cada uno tenemos – cuando los tenemos – nos sorprenderemos del resultado de dicha revisión…
Si continuamos con el proceso de los cuestionamientos, ¿cuál será el resultado de procurarnos “buenos pensamientos”.? – si a partir de que obtengo conocimiento de la acción “mala”, me procuro una verdadera transformación hacia el “bien”, cual es la concepción que poseo de dicha palabra, una vez más visitaremos el diccionario para obtener su significado:
BIEN – m. (del latín bene, bien). Valor supremo de la moral: la idea del bien debe regir nuestros actos. || Aquello que se considera como fin de todas las cosas: el bien supremo. || Aquello que la moral enseña que se ha de hacer: discernir el bien del mal. || Lo que es conforme al deber: ser hombre de bien. || utilidad, beneficio: el bien de la patria. || Aquello que se hace objeto de un derecho o de una obligación: bien patrimonial. || Hacienda, caudal: hombre de pocos bienes. || Bienes muebles, los que pueden trasladarse. || Bienes inmuebles o raíces, los que no pueden trasladarse. || Bienes gananciales, los que adquieren los cónyuges durante el matrimonio. || Bienes mostrencos, los que carecen de dueño conocido. || Bienes de la tierra, producciones del suelo. || Bienes eternos, el cielo. || Fig. Bienes del cuerpo, la salud. || Bienes del alma, la virtud. || - PROV. No hay bien ni mal que cien años dure, no debe desesperarse nunca. || No hay mal que por bien no venga, hay que aprovechar todos los sucesos. || Haz bien y no mires a quién, se debe hacer el bien sin discernir de personas. || - ADV. m. Según es debido: Pedro lo hace todo bien. || Con gusto, de buena gana: bien accedería a tu súplica. || Sin inconveniente o dificultad: bien se puede hacer esta labor en un día. || Bastante o mucho: bien hemos caminado hoy. || Próximamente: bien tendrá cincuenta años. || Condescendencia, asentimiento: ¿Vienes conmigo? Bien. || De una forma u otra: te avisaré bien por teléfono o bien por carta. || Bien que, loc. conj., aunque. || Si bien, loc. Conj., aunque. || Tener a bien, estimar justo o conveniente. || Hacer bien: socorrer, beneficiar. || Y bien, exp. que indica extrañeza o admiración: Y bien, ¿Qué sucedió? || A bien que, puesto que. || No bien, tan pronto como. || - Adj. Gente bien, personas decentes acomodadas.
¿Será acaso lo enorme de su significado la razón por la que tan poco caso hacemos de esta gran palabra? Cuatro letras sencillas encierran todo un enorme significado que la humanidad debiera tener presente en todos los actos que la cotidianeidad envuelve, revuelve y así sin o con un fin determinado, nos lleve a ser mejores personas, genuinas personas que busquen el “Bien supremo”.
Si todos reconocemos a la persona que “bien”, trabaja, piensa, come, viste, platica, cuenta, vive, ama, respeta, descansa, lucha, sobrevive, cuida, protege, aconseja, visita,… ¿Cuál será la razón por la que no nos “contamina” de su Ser?, ¿Porqué nos aferramos a continuar siendo lo que no queremos ser?, ¿Qué será lo que necesitamos para efectuar el cambio que se requiere?, ¿Qué tanto tiempo deberemos seguir esperando, para tener la humanidad que “debemos” construir? – solamente el tiempo nos lo dirá… estoy seguro que llegará ese gran día, mientras tanto continuemos en la brega por ello, pero ahora con mucho mejor ahínco, con renovados bríos, con un fin determinado – “La búsqueda del - B I E N”.
Serán las generaciones venideras las que tengan que efectuar una lucha mejor dirigida, o encausada en esta búsqueda que al fin llegará, y estará en posesión de los hombres y mujeres del mañana… ¡oremos por que así sea!
Esta historia debe continuar…
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